Palma del Río es una ciudad de origen medieval que se asienta junto a la confluencia de los dos ríos más importantes de Andalucía, el Guadalquivir y el Genil. No obstante, la ocupación humana de este territorio se remonta a los inicios de la Prehistoria, manteniéndose casi sin solución de continuidad hasta el presente.

Prehistoria
Prehistoria
Están muy bien documentados los periodos del Paleolítico Inferior y Medio, así como el Calcolítico y la Edad del Bronce, sobre todo en su etapa Tartésica y Orientalizante. Los yacimientos arqueológicos datados en esos periodos que se han localizado en el término municipal de Palma son muy numerosos, algunos de los cuales han sido objeto de intervenciones arqueológicas.

Antigüedad
Antigüedad
Esta comarca, por su situación geográfica junto al Baetis y al Síngilis, en el corazón de la primera provincia romanizada, Baetica, pronto se incorpora al estilo de vida romano, siempre desde la perspectiva de una zona rural relacionada sobre todo con la producción del aceite de oliva. Se han localizado numerosas alfarerías romanas, figlinae, a orillas de los dos ríos, reflejo del gran dinamismo de la producción y comercio de ese producto.
El yacimiento situado en la finca Saetilla, tras estudios epigráficos, se ha identificado con el municipio romano que Plinio el Viejo denomina Segida Augurina que, junto con Celti (Peñaflor), Detumo (cerca de Posadas), Segovia (cerca de Écija), Obulcula (junto a Fuentes de Andalucía) y Oducia (cerca de Lora del Río), conformarían las poblaciones importantes de la comarca en época romana.

Edad Media
Edad Media
La primera mención de Palma del Río en la fuentes escritas se produce entre los años 798-799, en el contexto de la guerra de sucesión por el trono Omeya. En 855 aparece también en una cita de San Eulogio de Córdoba. Y en 1173 Ibn Sahib al-Sala relata la incursión de la milicias de Ávila, nombrando esta localidad como Balma. Se distingue por sus muralllas de época almohade, mediados del siglo XII, y por su situación en tierras fronterizas.
La conquistan las tropas cristianas del rey castellano Fernando III en 1241. En mayo de 1313 se reúnen en la villa de Palma la Hermandad General de Andalucía.
Con una población compuesta por cristianos, musulmanes y judíos, participa del régimen feudal desde 1342, mediante su donación por el rey Alfonso XI a su almirante genovés Micer Egidio Bocanegra, primer señor de la villa de Palma; Egidio repobló la villa con mudéjares procedentes de Gumiel (Burgos). Ambrosio Bocanegra, segundo señor de Palma, obtuvo la importante victoria naval sobre las tropas inglesas en la batalla de La Rochela de 1372. A lo largo del siglo XV se fundan: el convento de Santo Domingo, los Hospitales de La Caridad, Cuerpo de Dios, San Bartolomé, La Coronada y San Sebastián; así mismo, la ermita de la Virgen de Belén. El rey Juan II de Castilla concedió al VI señor de Palma, Martín Fernández Portocarrero, un mercado franco, feria perpétua a celebrar anualmente, comenzando el 15 de agosto. Luis Portocarrero, VII señor de Palma sirvió a los Reyes Católicos en la conquista de Granada, iniciándose un período de esplendor económico y social de la villa con la coexistencia de las comunidades cristianas, mudéjares y judías; etapa que terminó con la expulsión y persecución de las minorías religiosas.

Edad Moderna
Edad Moderna
El siglo XVI y la primera parte del XVII constituye un periodo próspero para la villa, reflejándose en su arquitectura monumental. En 1507, se produce la transformación de señorío a condado en la persona de Luis Portocarrero, VIII señor y primer conde de Palma, título concedido por la reina Juana de Castilla. Se abandona el alcázar como residencia de los condes y se construye el Palacio Portocarrero con fachada a los arrabales de la Plaza Mayor.
De 1508 data la Bula del Papa Julio II que funda el Hospital de San Sebastián con la fusión de otros hospitales medievales. La Bula del pontífice Alejandro VI, en 1498, funda el convento de Santa Clara y otra Bula del Papa León X, en 1518, hace lo propio con el convento de San Francisco.
Recientemente, una investigadora canadiense, Wendy Kramer, ha demostrado que Juan Rodríguez Cabrillo (c.1497-1543), conquistador de México y Guatemala, y explorador de California, era natural de la villa de Palma, al igual que otros palmeños que participaron en la conquista y evangelización de América.
Otras edificaciones religiosas datan del siglo XVII: iglesia de San Francisco y ermitas del Buen Suceso y de Belén. La profunda depresión demográfica y económica de finales del siglo XVII y todo el XVIII no impidieron la construcción del monumento religioso emblemático de la localidad, la iglesia de la Asunción, edificación barroca levantada sobre el solar de otra iglesia medieval, Santa María. A principios del siglo XVIII se inscribe la figura de Luis Manuel Fernández-Portocarrero y Guzmán (1635-1709), arzobispo de Toledo y regente de España a la muerte del rey Carlos II, quién logra instaurar la dinastía Borbón en España.

Edad Contemporánea
Edad Contemporánea
En el siglo XIX triunfa la nueva burguesía y terratenientes locales que apoyan los movimientos liberales o conservadores. Las desamortizaciones de Mendizábal afectó a los conventos de San Francisco y Santo Domingo de la villa de Palma, que fueron subastados a familias aristocráticas locales. En 1857 se puso en funcionamiento la línea de ferrocarril Córdoba-Sevilla. La estación de Palma fue inaugurada en octubre de 1862 por la reina Isabel II; en ese momento se abrió al tráfico un puente de madera sobre el Guadalquivir, diseñado por los hermanos Darget. En 1867 una crecida del río destruyó por completo el puente de madera, y en 1885 se inaugura el actual puente de hierro, diseñado en los talleres de Cail, participante en la construcción de la torre Eiffel de París. En 1888, la reina regente María Cristina concede el título de ciudad a Palma del Río.
Durante los primeros años del siglo XX se construyeron: el nuevo cementerio, el colegio del Parque, el Mercado de Abastos, los canales de riego del río Genil y otras infraestructuras como la carretera de Palma con La Campana.
Tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, se desató una ola de violencia que desembocó en la guerra civil y posterior dictadura franquista de 1936 a 1975.
En la década de los años sesenta, Palma experimenta un fuerte crecimiento demográfico, seguido de otra recesión y emigración masiva hacia Europa y Cataluña.
Hoy en Palma del Río viven algo más de 21.000 personas, con una economía basada en la agricultura, la agroindustria y los servicios. La democracia municipal y la participación ciudadana han permitido una estabilidad política y económica, lográndose un desarrollo urbano y social con importantes infraestructuras como: los polígonos industriales Mataché y El Garrotal, la zona polideportiva de El Pandero, las instalaciones culturales de la Casa de la Cultura, el Teatro Coliseo, el Espacio Joven, varios museos, la recuperación del patrimonio histórico-artístico y una circunvalación con un nuevo puente sobre el Guadalquivir.